sábado, 28 de enero de 2012

Capítulo 13. ¡Baila, neonazi, baila!



Baile de la ultraderecha europea



Ayer  por la tarde, Emma y Edgar fueron a una manifestación de protesta contra el eufemísticamente llamado Wiener Korporations-Ball (Baile de las Corporaciones Vienesas). Este baile estaba organizado por una asociación de ultraderecha austriaca, y el perfil de invitados iba desde políticos europeos ultranacionalistas como Marine Le Pen (que eran los “progres” de la fiesta) hasta grupos de abierta ideología neonazi, como Olympia o Teutonia. Era sólo un inocente baile de amiguetes filo-nazis que se juntan así, divertidamente y en un edificio de recepciones diplomáticas (el Hofburg), en el día de la conmemoración de las víctimas del Holocausto. 



¿Pero qué tiene de malo cantar un par de himnos patrióticos alemanes en la Heldenplatz (donde Hitler pronunció un popular discurso en 1938) en el día en que se recuerda a los 6 millones de víctimas del genocidio nazi?



De camino a la manifestación, Edgar le preguntó a Emma si no habría enfrentamientos violentos con grupos neonazis. Emma le dijo que no, que en realidad estos ultraderechistas austriacos son de una generación anterior, que ya no están para correrías, y que los más jóvenes llevan un rollo demasiado aristócrata como para hostiarse en la calle, y que prefieren desfogarse entre ellos con sus floretes en combates de esgrima:



Exhibición de floretes en el baile
 
La sorpresa fue que justo a la salida del metro, bajo un pancarta que exclamaba ninguna tolerancia con los neonazis, había un grupito de cuatro mozos con la piel blanca como el cuarzo, rapados sus rubios cueros cabelludos y vestidos con zapatos deportivos y plumones negros, que parecían indignados porque en ese cartel aparecía el nombre de Heinz-Christan Strache, el líder del partido de ultraderecha FPÖ, y uno de los protagonistas y patrocinadores de ese baile:



En el medio, H.C. Strache, en el baile, con el sombrerito reaccionario "deckel"



En la calle, mientras el más bajito de los chavales llamaba agitadamente por el teléfono para informar a “alguien” de esa pancarta, los otros dos miraban a uno y otro lado con evidente intención de encontrar el momento para descolgar el cartel. El cuarto, cuya cabeza era literalmente cuadrada, se empezó a vendar los nudillos de la mano derecha con una tela negra.

Edgar y Emma llegaron a esa manifestación que se celebraba en la Heldenplatz con diversos conciertos y lectura de manifiestos antifascistas. Los cerca de 8000 manifestantes estaban rodeados de un verdadero ejército policial, que tenía el objetivo de proteger a los amiguetes nacionalsocialistas de las posibles imprecaciones. Al otro lado de la barrera policial, desfilaron los filo-nazis con sus uniformes militares de gala o sus fracs, con sus cicatrices de esgrima, con sus  bastones de empuñadura dorada, con sus absurdos sombreros de chistera. Pasearon por Heldenplatz, en dirección al Hofburg, con toda su nostalgia imperial, con sus andares ortopédicos, con sus insignias de letras góticas, esgrimiendo ante los periodistas que les preguntaban "qué significaba ese baile" argumentos simples e histriónicos, como excusas de guardería. Esos payasos antisemitas desfilaron ante la gente con todo su odio inconfesado, con sus mujeres postizas, adictas a las pieles de visón, a los collares de perlas y a trotar sobre las vértebras de sus lustrosos caballos. Y así consiguieron, un año más, celebrar su maldito baile, mientras una multitud de personas, desde fuera y tratando de combatir los varios grados bajo cero que hacía en Händelplatz, saltaban y cantaban: ¡baila, neonazi, baila! ¡Que tus hijos serán como nosotros!

Manifestantes en la Heldenplatz. Abajo se lee: "¡Baila, neonazi, baila!

Tras un par de petardos, un par de cargas policiales y el ataque de un nazi que se abalanzó sobre los manifestantes con un espray de pimienta, Edgar y Emma volvieron a casa a media noche, con los pies casi congelados. A dos o tres manzanas de la Heldenplatz se toparon con un furgón policial y dos gendarmes que bloqueaban la entrada a un callejón sin salida. Al fondo del callejón se encontraba la residencia del grupo neonazi Teutonia. De una de las ventanas, aún con la luz encendida, colgaba una absurda pancarta en la que se leía “contra los fascistas ecologistas
”. Esa era la forma en que los neonazis, aquella noche, trataban de deformar el lenguaje, los significados de la historia, y el modo en que conseguían, mientras se armaban de demagogia y eufemismos para celebrar secretamente el Holocausto, que el estado austriaco los protegiera. 

Oh, ciega justicia.











9 comentarios:

  1. Hola! oye, o han cambiado hace poco el nombre a la plaza o te refieres a HELDENPLATZ no? :-)
    donde hace anos ya nos manifestamos contra Haider y la fantastica coalición que se avecinaba...
    un saludo

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  2. ¡Gracias Anónimo! Acabo de corregirlo... he cometido el error de "googlear" un nombre que sólo he oído y ya ves, mis ejercicios de "hören" aun no me permiten afinar tanto ;)

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  3. Hey Edgar, gracias por regalarnos esta espeluznante crónica de lo que se nos avecina...
    Una preguntita: ¿crees que allí existe realmente un auténtico clamor social, un rechazo radical, especialmente entre los jóvenes, contra toda esa mierda? Imagino que todos los 18 de Julio se fueran a conmemorar el golpe de estado franquista al Palacio de Congresos de Madrid toda esta gentuza, y aún quiero creer que los madrileños saldríamos en masa a impedirlo.
    ¿Hay esperanza?
    Salud!

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  4. La verdad es que aún no sabría decirte si el rechazo entre los jóvenes austriacos es suficientemente contundente. Ayer había mucha gente y hacía mucho frío y desde luego hay que estar muy en contra de todo esto para aguantar tantas horas de protesta. Había algo estoico en ello. Sin embargo, también había, quizá, un exceso de formalidad en la protesta. Yo pregunté a algún "nativo" porqué no habían intentado impedir la entrada de los ultraderechistas al Hofburg, al menos para crear una poco más de tensión, al estilo de resistencia y "ocupación" del espacio público que hemos vivido en Madrid, Barcelona y muchas otras ciudades de España en este 2011. Los de aquí desestimaban totalmente esa posibilidad porque, decian, cualquier acción un poco subida de tono sería utilizada en su contra de manera aplastante por los medios de comunicación. Hay que tener en cuenta que de ocho millones de austriacos, más de 3 leen el Kronen Zeitung, que es un periódico de derecha bastante radical. Quizá escribo sobre eso en los próximos días para intentar completar un poco más un panorama que, la verdad, todavía estoy tratando de descifrar...
    Saludos,
    E.

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  5. Pues yo creía que ese tipo de actos pronazis estaban requeteprohibidos, al menos en Alemania. Quizá no sea así ni en Alemania ni en Austria. Sin embargo, en Francia, por ejemplo, es un delito negar el holocausto turco contra los armenios, y en España, al menos, se cierran las librerías nazis. No sé si aquí o en otro país de Europa permitirían concentraciones de esa índole.

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  6. Yo también lo creía. El problema está en la capacidad los neonazis para hacer metafórico (y por tanto "legal") lo que todos sabemos que hay en el fondo...

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  7. Un post estupendo. Con permiso de Edgar, me permito contestar a alguna de las preguntas que plantean sus anónimos lectores:

    -¿Hay clamor social entre los jóvenes contra Strache? No. Es más: lo más alarmante es que la ultraderecha recibe muchísimos votos de los jóvenes entre 16 y 25 años. Hay que tener en cuenta que Strache es visto como voto de castigo contra los partidos tradicionales y que las clases populares (las que, mayoritariamente leen el Kronen Zeitung) se han dejado de sentir representadas por las izquierdas "tradicionales". En Austria, la inmigración es un tema candente y precisamente son las clases populares las que se sienten más amenazadas por ella y las que votan a Strache porque es el que demoniza a los emigrantes (próximamente, también a los españoles, que aumentaremos de número muy previsiblemente).

    -En Austria, hoy por hoy, un 15-M sería imposible. Dejando aparte que la situación económica está a años luz de la española (cifras cantan)y mi convencimiento personal de que el 15-M se extinguiría automáticamente si de nuevo el índice de paro volviera a unos porcentajes civilizados, los Austriacos son muy partidarios de los cauces institucionalizados, de los procedimientos. Por otra parte, si apareciera un movimiento semejante al 15-M, inmediatamente la gente pasaría de él porque le pediría (eficacia germánica) resultados, rigor, profesionalidad (y todas esas cosas que, con perdón, no tiene el 15-M español).

    -La apología del nazismo está prohibidísima, por supuesto. Y el movimiento neonazi, con las formas españolas y de algunos países europeos, tiene una importancia relativamente marginal. Otra cosa es que la sociedad en su conjunto tenga una cierta querencia por un concepto "del orden" que marca mucho la política del país y que uno, cuando viene aquí, tiene que aceptar porque es parte de la manera de ser de los austriacos. Sobre todo, en el campo. La ultraderecha, el populismo de derechas, satisface esa querencia por “El orden” (un concepto tan utópico, imposible y artificial como el paraíso anarquista) y por eso tiene éxito. Pero los austriacos, y con esto termino, no conectan para nada esta derecha populista –que a los españoles nos pone los pelos de punta con razón- con el nazismo o el neonazismo.
    Y con esto lo dejo, que me he extendido mucho. Espero haber aclarado algo las cosas.

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  8. ¡Muchas gracias por estas aclaraciones! ¡casi ha salido un nuevo post!
    Creo que está muy bien razonado el por qué no funcionaría aquí un 15M. Y no tenía idea de que el FPÖ era una partido con tantos votos de jóvenes. Interesante y preocupante...
    Sí sabía que el movimiento neonazi, como tal, es mucho más potente en Alemania (sobre todo en la antigua Alemania del este). Respecto a la desconexión entre la derecha populista y los neonazis en Austria, supongo que hay que diferenciar entre el lector de derechas que lee el Kronen Zeitung (también los hay de "izquierdas"), que se considera crítico con ambos extremos políticos (aunque yo creo que viven una "ficción de centro derecha", como los peperos españoles), y el ultraderechista que se presta a bailar unos valses y brindar con grupos como Teutonia (lo que hay en su web no es mero populismo...). Por otro lado, desde mi punto de vista, la pregunta no es con quien conectan los austriacos de ultraderecha (o de derecha a secas) de manera "oficial", sino a quien le tenderían una mano en el momento en el que las cosas se pusieran feas. Como ejemplo, puede valer este video de la Kronen Zeitung en el que se supone que critica a los del Ball y al final acaba girando las tuercas para denigrar a los manifestantes. La última imagen, con las latas de cerveza que han dejado algunos manifestantes sobre algún monumento me parece perversa y deformadora, un conclusión que sugiere que toda esa critica del neonazismo del Ball podría ser fruto de la ebriedad paranoica de cuatro jóvenes desmadejados....

    http://www.krone.at/Videos/WKR-Ball_Strache_und_Pandi_am_Hintereingang-Politik_im_Bild-Video-309731


    Pero Paco, Viena directo, muchas gracias por contribuir tan ampliamente a este post, ¡también aprendo mucho de Viena a través de tu blog!

    saudos,
    E.

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  9. Uf, pues sólo les faltaba en México incorporar también la violencia del nazismo...
    Saludos, ¡y gracias por el comentario!

    E.

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